El Señor es absoluto, no está sujeto a ningún agente externo que lo limite o le de libertad (Dan 4:35). Él está por encima de todo (Salm. 24:1). El mundo está subordinado a su mano. Siempre se hace su voluntad en los cielos y en la tierra (Sal 135:6). Solo hay uno que posee un gobierno inquebrantable, poderoso, el trono de todo el universo es suyo, su consejo permanece, sus planes se cumplen, sus órdenes se ejecutan, es incuestionable, completamente libre, él es el Señor que ejerce autoridad sobre su creación.
Esto es lo que resume que Dios es soberano. La mano del Señor está en todos los asuntos de este mundo y los controla providencialmente para cumplir sus Planes. (Gen. 50:20)
Solo Él es Soberano, el Hombre No!
(1Cron. 29:11)
Él es Soberano sobre lo Bueno y lo Malo.
(Lam. 3:37-38)
Él posee el Poder y la Autoridad de Gobernar
(2Crón. 20:6)
Dios es Soberano en la Salvación de los Hombres
(Jon. 2:9)
El Señor es Soberano sobre la Salud y la Enfermedad
(Job 5:18)
Él es Soberano sobre la Riqueza y la Pobreza
(1Sam 2:7)
Todo lo que quiere Él lo hace
(Sal 115:3) y no necesita pedir permiso (Sal 50:12)
Él es soberano sobre los planes de los hombres
(Prov. 21:1) (Prov. 19:21)
El evangelio es la proclamación de un Dios Soberano que llevó acabo su plan perfecto de redimir a su pueblo por medio de su Hijo (Hec. 2:23), cuyo sacrificio y muerte no fueron un accidente en la historia, sino el cumplimiento de su Palabra. (1Cor. 15:3-4)
Meditar en este atributo de Dios solo puede producir confianza en el corazón del hombre. Todo está en las manos de Dios!. Con su sabiduría y perfección a trazado todo los asuntos de nuestra vida. Nada está fuera de su control. Él no es el Dios ausente, despreocupado, ocioso … no! Él está en su trono diciendo: – Todo, todo está saliendo como lo planee -. El libro de Apocalipsis es la evidencia clara de que esto es así. Postrémonos ante su grandeza, rindámonos ante su gobierno, alegrémonos en los días de pruebas, tristezas y dolor porque Él es soberano y está haciendo todo para su Gloria, el bien del Nombre de su Hijo y su pueblo redimido. (Rom. 8:28-29)
Esta es la manera en la que debemos pensar acerca de Dios. El no está a nuestra merced, no es endeble, no simplemente desea y luego se lamenta porque quiere hacer algo, pero no puede, no se frustra, no tiene ansiedad. Él es Digno de confianza y dudar de él es pecar contra el Señor. Creer en la casualidad es impiedad. Nada es casualidad o cosa del destino … Todo está perfectamente orquestado y en cada asunto, de principio a fin, la mano soberana está presente.
No dudemos del Señor, más bien, arrepentidos de nuestros pecados confiemos en las buenas noticias del evangelio y aferrémonos a Cristo quien puede perdonarnos y darnos vida eterna a través de su obra, gratuitamente por la fe. Por medio de Jesús y su Palabra aprendamos día a día a conocer a Aquel que Gobierna todo…
Todo está perfectamente orquestado y en cada asunto, de principio a fin, la mano soberana está presente.
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